Desperté con ganas de beber y mi mente pensó en la capital de Ucrania. Me recordé degustando un vodka barato. Kiev y las arcadas, Kiev y cifrut, carajo... no más. Así llegué a Pajaranov, Paradjanov o Paradzhanov ( elija el que más le acomode). El director ucraniano intentaba hacer una película que finalmente censuraron. Pero como todo buen bebedor de vodka, montó una especie de colage de película con partes que que permanecieron intactas después de que las autoridades soviéticas pararan la producción de Frescos de Kiev y pidieran que los negativos sean destruidos.
NO es necesario ser ucraniano para entender el cortometraje, pero ES necesario beber vodka KIEV mientras la ve.
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