De pronto se mueve: arriba, abajo, izquierda, arriba, derecha, derecha, arriba abajo, derecha, izquierda, izquierda... y se detiene, confiadísima, sobre la mesa blanca. El aterrizaje sobre el pan francés fue todo un fracaso. No le ha importado mi presencia y desafiante se alista a dar un simple salto-aleteo-zumbido para corregir su error. Mi mano la desafía. Una brevísima pausa comercial, un redoble de tambores - en realidad es la gotera del caño- y ambos nos movemos.
He vencido porque ella a huída. Voverá. Lo sé. Debe tener hambre; pero yo
también la tengo. Lástima. Muerdo el pan con algo de asco.
¿Son útiles las moscas? Al parecer, sí. EL SEÑOR DE LAS MOSCAS me demandará por mostrar esto.
NOTODOFILMFEST.COM Collar de moscas (Bigas Luna)
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