Admito que este cortometraje es muy extraño. La desgracia con sangre y una ecónomica locución, repito, pueden hacer maravillas . Que seamos inocentes hasta que se demuestre lo contrario es un ejercicio que, sin duda, se disfruta mejor desde una combi o desde el confort de una cálida y chispeante silla eléctrica
Oh My God
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
de hecho que era retardado, que tal imbécil, que situación tan forzada, pero sí, da un toque de risa
Contradictoriamente comico... o algo asi...
Publicar un comentario